Zalla Marta Viviana

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Consummatum est. Hoy, martes 14 de junio de 2022, mi hermana extendió sus alas y se
elevó a la Eternidad. Confió su espíritu a las manos del Padre. Ya se encontró con Jesús, a
quien no le dijo su nombre, Marta Viviana Zalla, le dijo: “yo soy Gracias, por todo y por
siempre”.
Así como se la ve en esta imagen de una de sus vacaciones, abriendo al máximo sus
brazos para acoger muy agradecida la Vida, la Naturaleza y sus dones, que le fueron dados,
ahora volvió a abrirlos para el inminente abrazo con María, con Chiara, y con tantas
personas que amó y la amaron, abrazo que estalla de alegría por la fusión de sus corazones.
Donde estuviera Marta siempre había risas, y se destacaba su carcajada, que ahora en este
reencuentro celestial vuelve a destacarse en exclamaciones de euforia pirotécnicas, esas
que nos dejan su estela en el aire terrestre hasta que las atrape el viento, último regalo de
su risa compartida.
Una enfermedad cruel la torturó, le destruyó el cuerpo, pero no pudo con ella: su alma
partió sanísima directo al Paraíso, afinada en el Amor, purificada por un dolor prolongado.
El Cielo armó una gran fiesta, coros de ángeles mediante, para recibir semejante obra de
arte del espíritu: Marta. La celebran a ella, en la plenitud de la salud que le da su flamante
cuerpo glorificado, más hermosa que nunca, florecida en su verdadera esencia: hija de
Dios-Amor, su Origen y Destino.

Nació el 6 de septiembre de 1961, en la Clínica Modelo, en Morón, localidad provincial de la ciudad de Buenos Aires, Argentina.

Desde los 6 años hasta su partida al Paraíso, vivió en Castelar, localidad vecina a Morón.

Hija de Lila Nievas y Dante Zalla, argentinos. Tuvo un hermano dos años menor, Pablo.

El domingo de Pascua 11 de abril de 1982, el significativo día de la Resurrección, tuvo su primer contacto con el movimiento de los Focolares en la Mariápolis de O’Higgins. Viajó con sus padres para conocer por sí mismos ese lugar y las personas con quienes su hermano un mes atrás se había ido a vivir por dos años para hacer la experiencia Gen. Ninguno de ellos sabía nada al respecto, excepto la vaga idea de que era una especie de comunidad religiosa católica.

En sus frecuentes visitas a la Mariápolis a visitar a su hermano, conoció a los Gen, y terminó reuniéndose con los de Castelar. Llegó a ser asistente Gen 3, a quienes para reunirlas pasaba a buscar por sus casas en un viejo Citroën 2cv color verde.

En 1986 deja todo, incluso su trabajo de maestra jardinera, para hacer la experiencia Gen en la Mariápolis de O’Higgins por dos años. Mientras vivía allí, en 1986 Chiara confirmó «Marta» como su nombre nuevo, y le dio la también palabra de vida: «Permaneced firmes e inquebrantables, sabiendo que vuestro trabajo no es en vano en el Señor» (1 Co 15,58). Fue profético viendo cómo más adelante enfrentó la cruel enfermedad que la torturó los últimos diez años de su vida sin permitir que le doblegara su espíritu amoroso luchador.

En 1987 recibió de Chiara como su letanía: «María, Madre del Amor Hermoso». El 5/2/1988 escribió intuitivamente: “Estoy segura de que vendrán momentos difíciles, pero estos me ayudarán a seguir adelante. Siento de agradecerle a Dios que me haya hecho su instrumento, siento que es solo Él a través mío quien obra, y veo cuanto podemos hacer si lo dejamos obrar. Por ahora solo tendré presente: María, Madre del Amor Hermoso”. 

El 8 de mayo de 1993, se casó con Roberto Álvarez Chaus, proveniente de la rama de los Gen y de los Voluntarios.

Tuvieron 2 hijas, Inés (n. 11/4/1996) y Pilar (n. 11/11/1998).

Cuando dejó de ser Gen, por un tiempo fue voluntaria.

En 2010 comienza a tener episodios de no control de su cuerpo padecer. Pasado un tiempo de estudios, finalmente le diagnosticaron ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), enfermedad que afecta directamente a las neuronas motoras. Empezó a usar bastón, luego silla de ruedas y terminó   conectada a un respirador y alimentada por una bomba directamente a su estómago porque le hicieron una traqueotomía. 

Al principio le dieron un horizonte de vida de 4 años, como máximo. Con muchísima voluntad decide darle vida a la vida, solo en el momento presente, lo cual extiende su enfermedad por un total de 12 años, cosa que asombró mucho a los médicos. 

Su mayor anhelo era poder vivir en comunión con sus amigas de Ideal. Lo hizo. En su casa había frecuentes reuniones con ellas, Hay muchas fotos que lo atestiguan. En una de las tantas se ve personas todas auténticamente felices por una misma causa: la comunión de amor entre todas para sostener a marta, al punto que se la ve de buen ánimo, y el deseo y actitud de marta de pararse sobre su dolor para ofrecerle a ellas su característico buen humor. Esa foto irradia un amor recíproco tan intenso que las ilumina interiormente a todas. ¡Una obra de arte del Espíritu Santo!

También convocaba a todo tipo de personas, familiares, vecinos, amigos, ex compañeras de colegio, ex colegas de trabajo. Siempre ella en el medio, rodeada de amor, dando amor, generando un clima por momentos sagrado.

Nunca se quejaba, incluso trataba de no tomar calmantes para estar siempre presente en la realidad que vivía y la voluntad de Dios. La madrugada anterior a partir, a través de una tabla con letras y símbolos, pregunta (como una niña) con una energía inusitada: «¿Mañana, ¿qué tengo que hacer?» Roberto le responde: «hacé lo que desees hacer, yo te voy a acompañar…”  y se queda un poco más serena.

Habilidades

Publicado el

13 de agosto - 2024

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